28 de marzo de 2010

¡GRACIAS, VASSILY!

DESCANSE EN PAZ, ARTISTA.

Muchos tienen sueños, sueños que por una razón que escapa de nuestras efímeras mentes no estaban destinados a cumplir, y los cambian por cosas que luego les dan mucha alegría... o muchísimo pesar a ellos y a quienes les rodean. Hitler quería ser pintor, y un profesor de arte en una prestigiosa academia en Viena le dijo que no servía para nada que tuviera que ver con pinceles. Así que cambió su sueño por demostrar "Su Lucha" al mundo. Todos conocemos el resultado: Un asombroso poder de convencimiento y un gran genio de la política se desperdició en la egolatría, dejando cicatrices imborrables en la Historia. Por cierto, el profesor era judío...

El hombre que inspira estas líneas también tuvo un gran sueño: Quería ser barítono principal del Teatro Bolshoi, en la antigua Unión Soviética. Audiciónó con todas sus ilusiones puestas en sus cuerdas vocales, y simplemente no era lo suficientemente bueno. Ante ese revés, buscó otra cosa en la que no sólo fuera "suficientemente bueno", y por dicha que en su país el ajedrez era respetado como otra forma de arte. Seguro pensó: "Si no puedo brindar arte cantando, lo haré en el silencioso recinto de 64 casillas". Y fue una gran dicha para él y para millones alrededor del mundo que aún hoy podemos disfrutar de sus partidas, de un estilo tan puro y complejamente sencillo como "Eine kleine Nachtmusik", de Mozart...

Ese hombre fue Vasili Smyslov. Su vida física se agotó ayer 27 de marzo del 2010. Pero su vida ajedrecística será inagotable, con un legado partidas listas y dispuestas a darnos una bella lección.

A continuación una instructiva partida de 1971 en la que el veteranísimo Smyslov derrota contundentemente a un tal Anatoli Karpov, muestra clara del poder de esos "asesinos sueltos" que son los peones pasados. Por cierto, una pequeña anécdota sobre estos dos caballeros: En 2001, al cumplir Karpov 50 años, se le hizo una celebración en el Teatro Bolshoi, y adivinen quién cantó ese día... Así es, Vasili Smyslov. La vida da revanchas: Si no hubiera sido por sus logros en el ajedrez, Smyslov no hubiera podido nunca emitir una nota en tan emblemático recinto del arte ruso. ¡Bonito regalo del destino!

Descanse en paz, maestro, artista y campeón mundial de 1957-1958, Vasily Vasilievich Smyslov.



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