2 de diciembre de 2009

LA POESIA DEL AJEDREZ (1) -- ¡Cómo me reí!

Hace pocos años compré un maravilloso librito del MI mexicano Guil Russek llamado "Ajedrez: Finales artísticos". Me agradó mucho la manera como este escritor introduce al lector en el fantástico mundo de las composiciones del ajedrez, esa parte del juego que está más cerca de la poesía o la música que ninguna otra. Fue tanto lo que aprendí con este libro, lo mucho que me ayudó a ver en el ajedrez algo más que un simple juego, que a partir de hoy voy a ir mostrando ejemplos de estudios y problemas de ajedrez que me causaron una impresión más que grata.

El primero, de un tal T. Nissl (les prometo averiguar más sobre él), es el único problema de ajedrez que me ha hecho carcajearme. Ya les explico porqué:


(Nota: La posicion inicial de este problema es a partir de la jugada 42...Td4. Es el turno de las blancas, que tienen un bello gane en 6 jugadas o menos de manera forzada. No hagan caso a las jugadas anteriores, pues el visor de partidas que uso me fuerza a empezar siempre desde la posición inicial, por lo que tengo que encontrar la manera de llegar a la posición determinada en la menor cantidad de jugadas posibles. Un muy buen ejercicio creativo, por cierto... jejeje)






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