En las últimas semanas, de pura casualidad me he topado con partidas en los grandes supertorneos actuales, y algunas algo viejitas que he analizado en mis sesiones de estudio casero, con un rasgo distintivo bastante particular: El bando vencedor hace un sacrificio posicional de dama. Usualmente los sacrificios de la pieza más poderosa tienen por objetivo una rápida irrupción en la posición enemiga y un subsecuente ataque de mate por todo lo alto, donde sólo queda esperar una lluvia de monedas de oro, como en este famosísimo caso:
Stefan Levitzki - Frank Marshall, Breslau 1912
Acá, con su dama atacada y la Th3 a punto de morir, la brillante imaginación de Marshall nos regaló una de las mayores jugadas de la historia: 24.... Dg3!!, con tantas amenazas de mate que si la hubiera hecho un musulmán, Estados Unidos hubiera mandado bombardear el tablero (jeje).
Además, hay ocasiones en las que se nos presenta la oportunidad de sacrificar nuestra dama para mejorar nuestra posición, si no con un ataque fulminante, sí con una posición donde podamos mantener una iniciativa duradera por el material tan valioso que cedimos. Este caso es de una partida mía en el campeonato nacional de Costa Rica en 2004, ante Randall Castro:
Jairo Núñez - Randall Castro, CRC (ch), 2004
En ésta posición de una curiosa partida en una defensa Pirc, la última jugada negra fue 32...Cd6, aprovechando las clavadas del peón e5 y del Cc4. Acá medité largamente si sería bueno comerme al caballo con 33.Cd6!?, pues si 33...Tc3+ 34.Tc3, la amenaza es Tc8 recuperando la dama con pieza de más. Las negras sólo podían jugar 34...De7, y seguiría 35.Tc8+ Af8 36.Aa6, pero no me gustó por 36...Da7 37.Ab7 con ésta posición resultante:
donde la dama negra puede comerse a los peones del ala rey blancos con De3+ y Df4 etc. Aún así, la posición parece nivelada por los peones pasados blancos del ala dama, pero en verdad no me pareció muy seguro jugar esta variante ante un fuerte jugador como Castro, pero bueno... Habría sido muy interesante ver qué hubiera pasado.
Otro día seguimos con más sacrificios posicionales... ¡de dama!
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